Resumen: |
Alrededor de una sala grande, crea tres o cuatro zonas cubiertas con periódicos (2 x 3 metros cuadrados aproximadamente). Divide el grupo en tres o cuatro grupos más pequeños, tantos como "balsas" haya. Utiliza una narración divertida y fascinante para guiar a los grupos por la sala (primero se camina por una calle asfaltada, luego por un camino de tierra, un camino de piedras, se evita una serpiente, se salta un arroyo, se estira para coger algunas frutas de los árboles, etc. En algún momento el equipo llega a la orilla del río y decide darse un baño. Los participantes se dejan llevar mientras nadan y se encuentran lejos de la orilla). El facilitador con discapacidad visual presenta entonces las "balsas" y pide a los grupos que se suban a ellas para salvarse de los posibles peligros del río. Continúa la narración haciendo que los participantes remen sus balsas, luego aparece un cocodrilo y comienza a rodear las balsas mordiendo un trozo de cada una de ellas. Los participantes deben encontrar la manera de mantenerse en las balsas a medida que éstas se hacen más y más pequeñas. En algún momento, una de las balsas se destruye y los miembros del equipo tienen que nadar y subir a una de las balsas restantes. Una vez terminada la actividad, deja tiempo para una sesión informativa en la que se discuta cómo han colaborado, cómo han gestionado y cómo han afrontado cada nueva crisis. El facilitador con discapacidad visual debe ser asistido por una persona vidente. La historia para todo el ejercicio debe ser creada antes por el facilitador y puede ser cualquier tipo de historia que haga saltar a los participantes a las "balsas". |