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El animador divide al grupo en parejas y hace que cada pareja se siente espalda con espalda. Una persona recibe un dibujo de una forma o una imagen sencilla y la otra un papel y un bolígrafo. La persona que tiene el dibujo da instrucciones verbales a su compañero sobre cómo dibujar la forma o la imagen que le han dado (sin decirles simplemente cuál es la forma o la imagen). Al cabo de cierto tiempo, haz que cada grupo de compañeros compare sus imágenes y vea qué equipo ha dibujado la réplica más exacta.

Puede realizarse en el interior o en el exterior en un espacio bastante amplio. Un grupo de hasta diez personas (número par de participantes).

El animador reparte esporádicamente por la zona los distintos objetos (botellas, pelotas, cajas, conos). Pide a los participantes que se coloquen en grupos de dos. Pida a una persona de cada grupo que se ponga una venda. La persona que no tiene los ojos tapados se sitúa a cierta distancia y da instrucciones claras a su compañero sobre cómo ir de un lado a otro de la zona sin pisar los objetos. La persona con los ojos tapados no puede hablar en absoluto.

El juego puede volverse más desafiante indicando unas rutas específicas más complicadas de seguir.

Los participantes videntes tienen los ojos vendados. La preparación del escenario es muy importante. Puedes utilizar una cuerda larga y atarla a las sillas o a diversos objetos a través de una habitación por la que puedan caminar sujetando la cuerda con la mano (también puedes construir el escenario a lo largo de una barandilla, por ejemplo).  Si tienes la posibilidad de organizarlo en el exterior, puedes atarlo alrededor de los árboles o según el escenario. El facilitador instruye a la primera persona para que siga el camino sin soltar la cuerda de su mano.

Es una actividad individual y el facilitador y/o un asistente pueden caminar al lado del participante para que se sienta más cómodo. Cada participante hace el camino individualmente. El itinerario no debe durar más de 5 a 10 minutos. El participante debe ponerse la venda en los ojos antes de entrar en la sala/zona donde se desarrolla la actividad.

El coordinador explica que se van a dar diferentes órdenes, y para que se cumplan, hay que haber dicho previamente la siguiente consigna: "El pueblo manda", por ejemplo. "El pueblo manda, levántate". Sólo cuando se ha dado la consigna se puede ejecutar la orden. Se pierde si la orden no se cumple o si se obedece sin haber dicho previamente la consigna. A continuación, se dan las diferentes órdenes.

De vez en cuando, el animador incluirá las órdenes con una orden diferente, pero algo similar a la real, por ejemplo: "El pueblo dice de pie". Las órdenes deben darse lo más rápidamente posible para que el ejercicio siga avanzando.

Los participantes están de pie en un círculo cogidos de la mano. El animador elige a una persona del grupo que iniciará el juego, dándole unos golpecitos en la espalda de forma que los demás participantes no puedan verlos. Esta persona "suelta el pulso". Esto significa que aprieta la mano a la persona que está a su izquierda o a su derecha (a su elección). Después de que la persona obtenga el pulso, también debe liberar a la persona que está a su lado. Esto lo hace apretando la mano de la persona que está a su lado sólo una vez. También puede decidir devolver el pulso y en lugar de apretar una vez la mano de la persona de su derecha, aprieta dos veces la mano de la persona de su izquierda (la que le da el pulso). Entonces el pulso cambia de dirección.

El juego puede durar tanto como los participantes estén dispuestos y se puede cambiar la persona que envía el pulso primero.

El vi facilitador preparará un mensaje escrito que diga, por ejemplo "Dicen que 483 personas están atrapadas bajo un corrimiento de tierras, tras el paso del ciclón ha comenzado el rescate. Se han movilizado miles de personas que llevan medicinas, vendas y otros artículos. Pero dicen que las personas atrapadas no lo fueron por accidente, fue un secuestro, hay gente con mucho dinero entre los atrapados". Se pide un mínimo de 6 voluntarios y se les numera. Todos menos el primero salen de la sala. El resto de los participantes presencian el proceso de distorsión del mensaje; anotan lo que cambia con respecto a la versión inicial.

El facilitador vi lee el mensaje al número 1 y luego se llama al número 2. El número 1 comunica al número 2 lo que se le ha leído, sin ayuda de nadie. Así sucesivamente, hasta que todos los socios hayan pasado. El último compañero, en lugar de repetir el mensaje oralmente, lo escribirá en el rotafolio o en la pizarra, si es posible. A su vez, el instructor escribirá el mensaje original para compararlo.

El instructor dirigirá un debate para reflexionar sobre el hecho de que la distorsión de un mensaje se produce por no tener claro el mensaje, ya que solemos recordar lo que nos llama la atención, o lo que nos parece más importante.